No fue lo esperado. ¡Ni remotamente! Tal vez la culpa sea de Paolo Sorrentino y su La Grande Bellezza que me creó unas altas expectativas. El caso es que en  vez de extasiarme hasta el desmayo, me dejó frío. No porque la encontrara estéticamente por debajo de cualquiera de las poblaciones de Italia por donde he pasado, si no por que su caos, me temo que milenario, me hizo pensar en el hacia a dónde vamos. Supongo que me pasa por ir en invierno en vez de primavera, que a buen seguro lucirá algo más esplendorosa... Claro que en primavera, supongo que habrá reservar sitio 5 días antes para ver la Fontana di Trevi...