Madrugón para ir a ver a mi ahijada María en su primera carrera en aguas abiertas (3.200 mts), en la Dragonera. La carrera, después de cambios organizativos debidos a la dirección del viento y de la ola, transcurre desde Cala Lladó a Cap de Llebeig. Este año la zona vuelve a ser una sopa de medusas, de modo que, además de vencer la aprensión de nadar sobre lo negro, mi ahijada tiene que ir con cuidado con no quemarse con las gelatinosas criaturas. Buena parte de los nadadores van abandonado hartos de quemarse con las malaguas. Mucho antes de cubrir la mitad de la distancia, María choca con una, quemándose la cara. En pocos minutos supera el pánico y el dolor inicial, y se pone en marcha de nuevo. Acaba la carrera dentro del tiempo estimado, pero sabiendo que podría haber hecho un crono muy inferior, ya que después del accidente nadó más pendiente de no repetir el encontronazo que de ir a un buen ritmo.